NOTAS DEL PASTOR:
EL DIOS DE LA
LAMPARA
Cuando los españoles colonizaron América. Los
conquistadores estafaban a los nativos cambiándoles espejitos, y otros peretos
por oro y joyas. E visto como muchas personas tienen este tipo de conducta
hacia Dios y piensan que si mantienen un altar bonito, con velas encendidas y
le rezan u oran periódicamente y/o van a la iglesia los domingos es suficiente
para tener a Dios contento para que te conceda todos tus deseos en lo que sería
otra versión de cambiar espejos por oro. Que fino cambiamos velas u oraciones que
no cuestan mucho por una casa, un carro, dinero y de vez en cuando un milagrito
para no perder la costumbre. Pero Dios no se conforma con eso, no, Él quiere
mucho más, el quiere nuestra obediencia (1o
Samuel 15:22), el quiere que le demostremos nuestro amor sincero guardando
sus mandamientos (Juan 14:21), la
ofrenda que Dios quiere de ti es que tú mismo te entregues conscientemente a Él
como ofrenda viva dedicando tu vida en cuerpo, alma y espíritu a servirle con
autentica devoción (Romanos 12:1).
El quiere que le busques en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24).
Recuerdo la historia de un niño de 7 años que se
arrodilló junto a su cama y juntó sus manos en actitud de oración. El quería de
todo corazón creer en Dios así que inclinó el rostro y dirigiéndose a Él le
dijo:
— “Está bien Dios, te voy a dar una
oportunidad para que me pruebes realmente quien eres. Quiero creer en Ti Así,
que si encuentro al levantarme en la mañana un millón de dólares debajo de mi
cama voy a creer en Ti ciegamente y nunca más voy a dudar.”
Por supuesto, el niño no recibió lo que pedía,
posiblemente porque el millón no cabía bajo su cama con tantos peroles y
peretos que el tenia allí ocupando tanto espacio como: juguetes o ropa sucia, o
porque su deseo por el dinero era mayor que su deseo por conocer a Dios, pero
lo más probable es que la razón por la que no recibió lo que pedía tenga que
ver con una idea errónea acerca de Dios. El niño se imaginaba a Dios como una
lámpara mágica que concede deseos, donde al frotarla con una oración aparece
Dios cual genio concediéndote todos tus deseos. El pensaba que si oraba lo
suficiente y creía lo suficiente, Dios le daría todo lo que su corazón de niño a
sus 7 años deseaba. Este tipo de pensamientos puede considerarse normal en un
niño, pero lamentablemente muchas personas arrastran esta forma de pensar hasta
la madurez.
Dios desea y quiere consentirnos, a él le encanta
responder nuestras oraciones. El nos dice: “Clama a mí, y yo te responderé…” (Jeremías 33:3), el mismo promete
responder nuestras oraciones muchas veces aun antes de comunicárselas (Isaías 65:24), pero la oración no es
una lámpara mágica, ni la fe un genio maravilloso que concede deseos. Dios no
alcahuetea sinvergüenzuras, ni se somete a nuestros berrinches y caprichos. El
niño tal vez debió sentirse muy frustrado y preguntarse por qué no funcionó si
el tenia fe, pero no se trata de cuanto haya orado, ni cuanta fe haya puesto en
ello, el de ninguna manera hubiera encontrado ese millón, no porque Dios no lo
ame, no porque Dios no le conteste su oración, ni siquiera porque no hubiera
lugar bajo la cama. El millón de dólares nunca hubiera aparecido bajo su cama
porque simplemente él no estaba orando, el estaba deseando.
Veo con dolor como muchas religiones y cultos vender
la imagen del “Dios de la lámpara” y aun ellos mismos se venden de esta manera
ofreciendo que si se unen a ellos no tienen que esperar hasta la vida venidera
para disfrutar de las riquezas divinas. Dios trasciende mucho más allá de esta
visión del “Dios de la lámpara maravillosa” que concede deseos y favores. Él es
el Dios Todopoderoso, el Amor hecho carne en la figura de su hijo Jesús. Añora
que sus hijos gocen de su Amor y así mismo quiere que le amemos a Él, no a las
cosas que pueda darnos. Quiere que le busquemos a él y no que andemos buscando
respuestas a oraciones egoístas. Quiere que le obedezcamos, no porque nos vaya
a dar un millón de dólares, sino porque le amamos y queremos agradarle. Ciertamente
Dios quiere bendecirte, prosperarte en esta vida y darte salud, pero en la
misma proporción en que prospera tu alma (3a
Juan 1:2). Dios, el verdadero Dios, es extremadamente generoso, dice en su Palabra
que el derrama su gracia y su misericordia para con todos, incluso haciendo
salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos (Mateo 5:45), pero más que todo desea que
recibas el don de la salvación recibiendo a su hijo Jesús en tu corazón como
salvador de tu vida para que goces de vida Eterna disfrutando de galardones
eternos. Dios mismo Dice que si nosotros siendo malos sabemos dar buenas dadivas
a nuestros hijos, cuanto más Él (Mateo
7:11). El Todopoderoso promete que en Él podemos estar confiados y cualquier
cosa que pidiéramos la recibiríamos de Él, porque guardamos sus mandamientos en
el vínculo del amor y hacemos las cosas que son agradables delante de Él (1aJuan 3; 21-22).
A Dios le encanta responder tus oraciones cuando dejas
todo mal camino y tu corazón se humilla delante de Él, (2oCronicas 7:14), cuando le buscas de todo corazón (Jeremías 29.13), si le pides con fe
creyendo que recibirás de Él lo que pides (Marcos
11:24), cuando confiesas tus ofensas orando unos por otros (Santiago 5:16) y si pides de acuerdo a
su voluntad (1a Juan 5:14-15),
para lo cual debes cada día buscar cada día conocerle más y más a través de su Palabra
y de establecer una relación personal con Él buscando día a día primeramente todo
aquello que tiene que ver con Su Reino, el Reino de los Cielos y todo lo demás Él
nos lo dará por su eterna generosidad de pura ñapa (Mateo 6:23).
Pastor Eliezer David Guevara C.
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