domingo, 22 de octubre de 2017

NOTAS DEL PASTOR:



EL DIOS DE LA LAMPARA

Cuando los españoles colonizaron América. Los conquistadores estafaban a los nativos cambiándoles espejitos, y otros peretos por oro y joyas. E visto como muchas personas tienen este tipo de conducta hacia Dios y piensan que si mantienen un altar bonito, con velas encendidas y le rezan u oran periódicamente y/o van a la iglesia los domingos es suficiente para tener a Dios contento para que te conceda todos tus deseos en lo que sería otra versión de cambiar espejos por oro. Que fino cambiamos velas u oraciones que no cuestan mucho por una casa, un carro, dinero y de vez en cuando un milagrito para no perder la costumbre. Pero Dios no se conforma con eso, no, Él quiere mucho más, el quiere nuestra obediencia (1o Samuel 15:22), el quiere que le demostremos nuestro amor sincero guardando sus mandamientos (Juan 14:21), la ofrenda que Dios quiere de ti es que tú mismo te entregues conscientemente a Él como ofrenda viva dedicando tu vida en cuerpo, alma y espíritu a servirle con autentica devoción (Romanos 12:1). El quiere que le busques en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24).

Recuerdo la historia de un niño de 7 años que se arrodilló junto a su cama y juntó sus manos en actitud de oración. El quería de todo corazón creer en Dios así que inclinó el rostro y dirigiéndose a Él le dijo:

— “Está bien Dios, te voy a dar una oportunidad para que me pruebes realmente quien eres. Quiero creer en Ti Así, que si encuentro al levantarme en la mañana un millón de dólares debajo de mi cama voy a creer en Ti ciegamente y nunca más voy a dudar.”

Por supuesto, el niño no recibió lo que pedía, posiblemente porque el millón no cabía bajo su cama con tantos peroles y peretos que el tenia allí ocupando tanto espacio como: juguetes o ropa sucia, o porque su deseo por el dinero era mayor que su deseo por conocer a Dios, pero lo más probable es que la razón por la que no recibió lo que pedía tenga que ver con una idea errónea acerca de Dios. El niño se imaginaba a Dios como una lámpara mágica que concede deseos, donde al frotarla con una oración aparece Dios cual genio concediéndote todos tus deseos. El pensaba que si oraba lo suficiente y creía lo suficiente, Dios le daría todo lo que su corazón de niño a sus 7 años deseaba. Este tipo de pensamientos puede considerarse normal en un niño, pero lamentablemente muchas personas arrastran esta forma de pensar hasta la madurez.

Dios desea y quiere consentirnos, a él le encanta responder nuestras oraciones. El nos dice: “Clama a mí, y yo te responderé…” (Jeremías 33:3), el mismo promete responder nuestras oraciones muchas veces aun antes de comunicárselas (Isaías 65:24), pero la oración no es una lámpara mágica, ni la fe un genio maravilloso que concede deseos. Dios no alcahuetea sinvergüenzuras, ni se somete a nuestros berrinches y caprichos. El niño tal vez debió sentirse muy frustrado y preguntarse por qué no funcionó si el tenia fe, pero no se trata de cuanto haya orado, ni cuanta fe haya puesto en ello, el de ninguna manera hubiera encontrado ese millón, no porque Dios no lo ame, no porque Dios no le conteste su oración, ni siquiera porque no hubiera lugar bajo la cama. El millón de dólares nunca hubiera aparecido bajo su cama porque simplemente él no estaba orando, el estaba deseando.

Veo con dolor como muchas religiones y cultos vender la imagen del “Dios de la lámpara” y aun ellos mismos se venden de esta manera ofreciendo que si se unen a ellos no tienen que esperar hasta la vida venidera para disfrutar de las riquezas divinas. Dios trasciende mucho más allá de esta visión del “Dios de la lámpara maravillosa” que concede deseos y favores. Él es el Dios Todopoderoso, el Amor hecho carne en la figura de su hijo Jesús. Añora que sus hijos gocen de su Amor y así mismo quiere que le amemos a Él, no a las cosas que pueda darnos. Quiere que le busquemos a él y no que andemos buscando respuestas a oraciones egoístas. Quiere que le obedezcamos, no porque nos vaya a dar un millón de dólares, sino porque le amamos y queremos agradarle. Ciertamente Dios quiere bendecirte, prosperarte en esta vida y darte salud, pero en la misma proporción en que prospera tu alma (3a Juan 1:2). Dios, el verdadero Dios, es extremadamente generoso, dice en su Palabra que el derrama su gracia y su misericordia para con todos, incluso haciendo salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos (Mateo 5:45), pero más que todo desea que recibas el don de la salvación recibiendo a su hijo Jesús en tu corazón como salvador de tu vida para que goces de vida Eterna disfrutando de galardones eternos. Dios mismo Dice que si nosotros siendo malos sabemos dar buenas dadivas a nuestros hijos, cuanto más Él (Mateo 7:11). El Todopoderoso promete que en Él podemos estar confiados y cualquier cosa que pidiéramos la recibiríamos de Él, porque guardamos sus mandamientos en el vínculo del amor y hacemos las cosas que son agradables delante de Él (1aJuan 3; 21-22).

A Dios le encanta responder tus oraciones cuando dejas todo mal camino y tu corazón se humilla delante de Él, (2oCronicas 7:14), cuando le buscas de todo corazón (Jeremías 29.13), si le pides con fe creyendo que recibirás de Él lo que pides (Marcos 11:24), cuando confiesas tus ofensas orando unos por otros (Santiago 5:16) y si pides de acuerdo a su voluntad (1a Juan 5:14-15), para lo cual debes cada día buscar cada día conocerle más y más a través de su Palabra y de establecer una relación personal con Él buscando día a día primeramente todo aquello que tiene que ver con Su Reino, el Reino de los Cielos y todo lo demás Él nos lo dará por su eterna generosidad de pura ñapa (Mateo 6:23).

Pastor Eliezer David Guevara C.

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