LA FUERZA
Uno de los temas actuales dentro de la comunidad
friki y seguidores de la cultura pop es el relanzamiento de la saga de la
Guerra de las Galaxias, originalmente de George Lucas, con una nueva trilogía y varios spin off, la cual comenzó en diciembre
del 2015 con el estreno en los cines del episodio VII: “El despertar de la
fuerza”; siguió con “Rogue One” en el 2016 y continua en diciembre de este año 2017
con el estreno de, la esperada por muchos, episodio VIII: “Los últimos Jedis”.
La Guerra de las Galaxia conquisto la imaginación de una generación amantes de
la ciencia ficción y aun sigue conquistando por sus efectos especiales y
original trama. Quien no recuerda a los sorprendentes sables de luz esgrimidos
por los hábiles jedis expertos en el uso de la fuerza.
—
¿La Fuerza? Pregunta un joven Luke Skywalker al viejo maestro Obi Wan Kenobi,
en el Episodio IV: “Una nueva Esperanza”, La primera de toda la saga.
—“Bueno,
la fuerza, responde este, es lo que le da al Jedi su poder. Es un campo de
energía creado por todas las cosas vivientes. Nos rodea y nos penetra. Mantiene
unidas las galaxias.”
Mucha gente se imagina a Dios con un concepto muy similar
al de las Guerras de las Galaxia. Piensan en Él como la fuerza. Se imaginan a
Dios como una fuerza impersonal o alguna forma de energía sin rostro que
misteriosamente guía y rodea el universo y/o está en todas las cosas. Este
concepto filosófico espiritual es muy común en corrientes como la metafísica o
el gnosticismo. Pero nada más lejos de la verdad, por supuesto que Dios rodea y
guía el universo por algo es Omnipresente, es decir, su presencia está en todas
partes a la vez. Mas Él no es una fuerza misteriosa ni una energía cósmica que
simplemente está allí, en todos lados. Dios no es una cosa ni un algo. Dios es
una persona.
En el lenguaje cotidiano, la palabra persona hace
referencia a un ser con poder de raciocinio que posee conciencia sobre sí
mismo y que cuenta con su propia identidad y que tiene sensibilidad, además de contar con inteligencia
y voluntad, aspectos típicos de la
humanidad, pero que en realidad son cualidades de Dios otorgadas a nosotros
cuando nos creó. Fuimos creados a imagen, conforme a la semejanza, de Dios. El
Hombre no creó a Dios, Fue Dios quien creó al hombre. Si el ser humano es una
persona es porque Dios es una Persona en sí mismo.
Dios no solo es una persona, el desea y anhela tener
una relación muy personal contigo, Dios dijo: “Yo amo a los que me aman, Y me
hallan los que temprano me buscan.” (Proverbios 8:17). Nota los pronombres que Dios utiliza para referirse
a sí mismo. Acaso suena esto como una energía. Lejos de ser una fuerza
impersonal, la Biblia se refiere a Dios como el “Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”
(Éxodo 3: 16), Él le dijo su nombre
a Moisés (Éxodo 3: 13-15), se reveló
a sí mismo a Samuel (1º Samuel 3),
le habló a Isaías en el Templo (Isaías
6). Y le dijo a Jeremías: “Antes que te formase en el vientre te
conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.
(Jeremías 1:5). El apóstol Pablo lo
llamaba “mi Dios” (Romanos 1: 8) estos son solo unos pocos pasajes que
podemos citar porque son muchos.
Dios, no solo es un dios que creó el universo y al
terminar se fue de vacaciones, dejando a su creación a la deriva. Él no es la
energía de lo que está hecho todas las cosas, y mucho menos es la fuerza al
puro estilo Jedi. El verdadero Dios piensa, razona, siente y está personalmente
interesado en ti. Él te conoce por nombre y a su pueblo le dice: “He
aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están
siempre tus muros.” (Isaías
49:16). El apóstol Pedro decía: “Él tiene cuidado de vosotros” (1ª Pedro 5:7). Jesús dijo: “Pues
aun vuestros cabellos están todos contados”. (Mateo 10:30). Y Dios promete: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón”. (Jeremías 29:13). Estas son
promesas que puedes tomar para ti personalmente.
Pastor Eliezer David Guevara C.
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