domingo, 26 de mayo de 2019

Notas del Pastor
Orden Natural del Hogar


     De hecho ese orden (ver imagen asociada a esta publicación) no es bíblico, esa estructura está más enraizada en nuestras culturas, generalmente de origen machistas. Ciertamente la Biblia habla de Jesús como la cabeza del hombre y el hombre como la cabeza de la mujer *(1 Corintios 11:3)* y la mujer como la "Gloria del Varón" *(1 Corintios 11:7)*. Ahora bien los roles del hombre y la mujer dentro del matrimonio son complementarios y compartidos, donde el hombre lidera el hogar resolviendo los distintos problemas que pueden presentarse (gracias a su capacidad de concentrare en un problema a la vez le permite ser más efectivo en esta tarea) y la mujer administra (gracias a su capacidad de concentrarse en varias tareas a la vez). Así que bíblica mente hablando, la función dentro del hogar, de *proteger y proveer* para la familia, son compartidos entre el hombre y la mujer, no es exclusiva del hombre. Ejemplo de esto la encontramos en *Proverbios 31* donde podemos encontrar el rol de la mujer como coproveedora y su rol como administradora queda establecido, otro ejemplo de esto la encontramos en *Hechos 18:2-3* Donde nos habla que tanto Aquila como su esposa Priscila eran fabricantes de tiendas. Cuando la mujer desempeña eficientemente este rol de administradora es a lo que la Biblia llama *ayuda idónea*. El Cuidado de los hijos bíblicamente es responsabilidad del hombre, no de la mujer, por ser él la cabeza y este rol lo comparte, *“No lo delega"*, lo comparte con la mujer. En nuestras culturas este rol prácticamente se ha dejado todo a la mujer y no debe ser así. Por otra parte, la Biblia en ninguna parte critica las mujeres que trabajaban fuera del hogar, en la esfera pública. Claro el que una mujer trabaje debe ser como parte de su función como coproveedora y nunca debe estar esta labor por encima de sus responsabilidades como esposa y madre (la familia), sino que debe ser parte de esta.

     Opuestamente a la creencia popular, en los tiempos bíblicos, la mujer no solo atendía el hogar, también trabajaba. De hecho, las empresas de textiles estaban a cargo de las mujeres y ellas trabajaban con sus hijos al lado. Cuidaban a sus hijos al mismo tiempo que trabajaban. Debido a que ellas eran las que diseñaban, confeccionaban y comercializaban las telas y las ropas *(Hechos 16:14)*, la ropa de las mujeres tendía a ser más adornada y vistosa que la de los hombres. Otros oficios desempeñados por mujeres mencionadas en la Biblia son: molinera *(Éxodo 11:5, Mateo 24:41)*, pastora *(Génesis 29:9, Éxodo 2:16)*, Perfumistas y cocineras *(1 Samuel 8:13)*, plañideras profesionales mejor conocidas en nuestro tiempo como lloronas fúnebres *(Jeremías 9:17)* entre otros oficios. Una mujer de la Biblia incluso construyó ciudades *(1 Crónicas 7:24)*.

     Lynn Cohick, Doctor en Filosofía del Nuevo Testamento y Orígenes del Cristianismo de la Universidad de Pennsylvania, cita evidencias que muestran de como en los tiempos del Nuevo Testamento las mujeres eran comerciantes y vendedoras, fabricantes de joyas, tintoreras; y al menos una mujer era herrera. En el mundo greco-romano (en correspondencia con el Nuevo Testamento) las mujeres podían trabajar en casi todas las profesiones. Sin embargo las mujeres no podían ser un soldado o un senador romano.

     Mucha gente asume que las mujeres antiguas pasaron gran parte de sus vidas enclaustradas dentro de sus hogares. Una vida solitaria puede haber sido el caso de algunas mujeres en las familias ricas, pero la práctica no era ni normal ni universal. En los tiempos bíblicos la mayoría de las personas eran pobres, y los pobres; tanto hombres como mujeres, e incluso a sus hijos; trabajaron duro para mantener a sus familias. Por otra parte, en el mundo greco-romano, muchos hombres, mujeres y niños eran esclavos -. Y trabajaban como esclavos.

*Pastor Eliezer Guevara*

jueves, 14 de febrero de 2019

NOTAS DEL PASTOR


DÍA DE LOS ENAMORADOS

Hoy es día de los enamorados y quisiera dirigírles unas pocas palabras.

Debe ser chimbo pasar el día de los enamorados con la mujer con el periodo sintiéndose incomoda y malhumorada, pero es más chimbo es pasar el día de los enamorados  viendo a otros con sus parejas mientras tú estás solo porque hace pocos días enterraste a tu esposa. No se lo deseo a nadie. Esposos Valoren a sus esposas. Ámenlas, porque ellas son regalo de Dios a nuestras vidas, sean comprensibles y sobre todo escúchenlas, Así le dijo Dios a Abraham: Escucha a Sara tu esposa. Por otro lado, en nuestro tiempo una de las cosas que más le cuesta a la mujer es sujetarse y darle respeto a su pareja, eso se da por varias razones. Entre otras: porque no tuvo un modelo paterno en el hogar siendo la madre la figura de autoridad o porque la mujer se encuentra en franca rivalidad con el hombre compitiendo por un trato igualitario, a veces porque el hombre simplemente no asume su rol de cabeza de hogar o por una lucha de poder entre el hombre y la mujer por ejercer la autoridad en el hogar lo cual produce conflictos y tantos hogares separados. Mujeres amen y respeten a sus esposos, sean obedientes y sobre todo complazcan sus necesidades de afecto. Siempre se dice incorrectamente que la mujer es vaso frágil y el hombre es fuerte, pero eso no es lo que dice la Biblia. La Biblia lo que dice es que la mujer es ·vaso "más frágil" lo cual implica que el hombre también es frágil, solo que la mujer es más frágil que el hombre. Al ver culturalmente al hombre como fuerte, irrompible (gran equivocación) hemos llegado al punto de haber tanto maltrato al hombre en nuestros tiempos pensando que el lo puede aguantar todo y viendo esto como algo normal. Pero no, nosotros también nos rompemos Mujeres, sean comprensibles con ellos. A nosotros los hombres nos cuesta expresar nuestras emociones porque nuestra cultura nos ha enseñado que no podemos expresarla y todo lo guardamos cargando ese peso a cuesta y quien mejor que ustedes para enseñarnos a hacerlo bellas damas. La Biblia nos dice que cuando amamos a nuestra pareja a nosotros mismos nos amamos. Somos un solo cuerpo, una carne. Yo siempre le decía a mi esposa, Somos un equipo, nos complementamos y es así, Dios nos creo con habilidades distintas para complementarnos mutuamente Siendo el hombre gerente del hogar y la mujer administradora, no cachifa. Uno cuando se casa no se casa para divorciare, uno no deja una maleta lista para irse al primer conflicto. Uno se casa para afrontar juntos las buenas y las malas, no solo las buenas y teniendo en mente que no importa que tan fuerte sea el conflicto con Cristo todo lo pueden resolver.  Dios les Bendiga.

Ptor. Eliezer Guevara.

sábado, 19 de enero de 2019

NOTAS DEL PASTOR: SER CRISTIANO

     Dentro de las distintas doctrinas eclesiásticas de los últimos tiempos se han arraigado muchas ideas distintas a cerca de lo que significa ser cristiano. Muchos de estos nacen del pensamiento romántico de los fieles, así como del pensamiento filosófico de los mismos, otros buscan su apoyo en algún texto bíblico, muchas veces fuera de su contexto, y en otras circunstancias una mezcla de todas las anteriores. En unas antiguas notas del pastor (La religión verdadera) hablamos de lo que era realmente el cristianismo y como este no podía considerarse una religión, en esta oportunidad trataremos de explicar que es y que significa ser cristiano. Para empezar debemos entender, y lo que voy a decir puede perturbar a muchos porque choca con las enseñanzas que han creído y enseñado a otros durante muchos años, que no se es cristiano por creer en Dios, la Biblia nos dice que los demonios creen en Dios y tiemblan (Santiago 2:19). Tampoco se es cristiano por haber nacido en el seno de una familia cristiana (hijo de padres cristianos), menos porque seas católico o evangélico, ser muy religioso siguiendo o cumpliendo ritos, sacramentos y tradiciones, asistir a la iglesia y participar en las distintas actividades que en ella se realizan, dar diezmos y ofrendas o limosnas, ayudar a los pobres nada de eso te convierte en cristiano. Si revisamos los evangelios encontraremos que en los tiempos de Jesús había mucha gente que creían que ellas estaban bien con Dios porque eran religiosas, pero Jesús vez tras vez les reprochó su conducta inquietándolos a que si estaban confiando solamente en sus actitudes para seguir a Dios, ellos morirían en sus pecados (Juan 8:24). Por otro lado usted no se convierte en cristiano al levantar su mano, dar un paso al frente y hacer una oración (aunque este puede ser el primer paso para llegar a serlo, hacer una oración no te convierte automáticamente en cristiano). Y menos creas que ser un cristiano es alguien que profetiza y hace milagros espectaculares, ¡nada de eso hacen a una persona cristiana! Jesús dijo: " Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad." (Mateo 7:22-23).

Origen de la palabra:

     Para entender que es ser “cristiano” empecemos entendiendo que significa la palabra en sí misma. La palabra Cristiano viene del griego “jritianós” significa “pequeño Cristo ("Cristico" o “Cristisico”)", en nuestros tiempos esta se define como un partidario o seguidor de Cristo. Por otro lado la palabra “Cristo” es la traducción al griego del vocablo hebreo "Mashiaj" o "Mesías". Que significa “Ungidorey y sacerdote aunque debo señalar que en la traducción griega se pierde la connotación de rey y sacerdote significando esta simplemente ungido. La palabra cristiano solo aparece tres (3) veces en toda la Biblia dentro del compendio conocido como “Nuevo Testamento”.

     La primera vez que encontramos la palabra cristiano en la Biblia es en Hechos 11:26, según el texto la palabra “cristiano” fue usado por primera vez en Antioquía. Es importante para entender bien ese acontecimiento señalar primeramente dos elementos importantes, el primero es que en los tiempos de Jesús el Judaísmo se encontraba principalmente dividido en cuatro (4) cultos o denominaciones distintas (también llamado sectas) que son los Saduceos, los Fariseos, los Esenios y los Zelotas cada una con rasgos doctrinales muy características propias. La segunda es que el mensaje y actitud de Jesús nunca fue la de crear una nueva religión, sus enseñanzas están contenidas dentro de los parámetros de la fe Judaica y el mismo se identificó con ella. Así mismo, la iglesia primitiva era vista como una secta judía como las ya antes mencionadas, nunca como una nueva religión muy aparte de esta (Muchos estudiosos y detractores de la Biblia afirman que la “religión cristiana” fue creada realmente por el apóstol Pablo). Los que predicaban a Jesús preferían llamarse “hermanos (Hch. 6:3)”, “discípulos (Hch. 15:10)”, “santos (Hch. 26:10)” o “creyentes (1ª Ti. 4:12), mientras que el resto de los judíos, los llamaban: “camino (Hch. 9:2; 19:9, 23; 22:4)” o “nazarenos (Hch. 25: 5). A raíz de la persecución que recibió la iglesia primitiva (Hch. 8:1, 4) la iglesia fue esparcida y un grupo de creyentes se asentó en Antioquía, ciudad de Siria, situada sobre el río Orontes a 26 km del Mediterráneo a unos 480 km al norte de Jerusalén. El término cristiano fue utilizado por los antioqueños de forma despectiva hacia la iglesia debido a su afán de hablar de Cristo a toda hora, es importante señalar que los que llamaban a la iglesia así no eran judíos ya que estos no reconocían a Jesús como “Mesías (Cristo)”. Para el 58 d.C. el término ya era bien conocido en la ciudad de Cesarea e inclusive lo usaban los oficiales públicos, pues fue entonces cuando el rey Agripa II le dijo al apóstol Pablo: “Por poco me persuades a ser cristiano”. Como podemos leer en Hch 26:28 el cual es la segunda vez que encontramos el término en la Biblia. 

     Aunque el termino originalmente fue usado a manera de burla, los creyentes vieron en esto algo por lo cual no sentirse avergonzados sino mas bien, como una bendición (Mt. 5: 11-12) el que se les considerara como “pequeños Cristos” (cristianos), no por creerse Dios, sino por tener una relación cercana con Jesús, pensar y sentir exactamente como Él. Por sus esfuerzos al tratar de imitar a Cristo a razón del amor por Él y la gratitud por el haber muerto en la cruz y regresado de la muerte era para la iglesia motivo de gloria como podemos encontrar en 1ª P. 4:16 el cual es el tercer y último texto donde encontramos el termino en la Biblia. Ya para el segundo siglo de nuestra era en adelante, el término ya estaba establecido y aceptado por los creyentes como un título de honra.

Lo que significa ser cristiano:

     Ahora nos toca definir que es en esencia realmente “ser cristiano” aprobado por Dios fuera de todo religiosismo. El concepto de cristiano implica tres aspectos importantes que lo definen ampliamente y que se encuentran respaldados por la Biblia. Los mismos son: Discípulo de Jesús, Seguidor de Jesús e Imitador de Jesús. Explicaremos cada uno de estos aspectos que definen el ser cristiano a continuación.

Discípulo de Jesús

     Un cristiano es un discípulo o alumno que ve en Jesús a su maestro o profesor y mentor, su guía y consejero. Le reconoce como fuente de sabiduría y palabra de vida eterna (Jn. 6: 67-69) que anhela para sí mismo y compartir con otros. El cristiano aprecia más que todas las cosas el conocimiento que emana de Jesús el cual Él solo comparte con sus discípulos (Mateo 13: 10-11), como el tesoro escondido que un hombre halló o la perla de gran valor que el comerciante encontró y por lo cual fueron y vendieron todo lo que tenían para conseguir cada uno su tesoro (Mt. 13:44-46). El Discípulo de Jesús ve en Él una fuente inagotable de superación personal y éxito en todos los ámbitos de su vida (Mateo 10:1) y sueña algún día ser tan sabio y especialista como su Gran Maestro (Mt. 10:24 Cf. Lc. 6:40). Es así que el Alumno o discípulo de Jesús va a Él, busca cada día aprender de Él, no se pierde ni una sola de sus enseñanzas (Mateo 5:1), sus lecciones son totalmente prácticas para ser puestas por obras y aunque estas sean contrarias a su forma de pensar, forma de ver el mundo o intereses, termina por aceptarlas porque comprende que que Jesucristo sabe más y tiene una visión más amplia de todas las cosas que la visión limitada propia. Lo genial es que Jesús es un profesor que para aprobar sus clases no tienes que presentar complicados exámenes, sino conocerle y mantener una relación personal con Él y Jesús toma mucho en cuenta tu deseo de querer aprender de Él. Así que para ser un cristiano debes convertirte en su discípulo, un discípulo de Jesús que vive y cumple sus enseñanzas.

Imitador de Cristo:

     Ser cristiano implica ser un imitador de Jesús. Esto está directamente ligado a nuestra conducta, alguien que se comporta o trata de ser como un “pequeño Cristo”. Ahora bien, este concepto no implica anular nuestra personalidad y originalidad como individuos para convertirnos en un clon de Jesús, de ninguna manera, sino más bien hacer de Él nuestro modelo a seguir. Hace poco mi hijo mayor de 6 años (para el momento de realizar estas notas) me dijo que cuando crezca quiere ser como yo, lo cual me conmovió mucho. Ahora él no se va a convertir en un clon o copia de mi, más bien, yo voy a ser su ejemplo, su modelo a seguir mediante el cual podrá definir su propia identidad. Todos necesitamos un modelo a seguir, un héroe, un mentor, un padre que imitar para definir lo que somos o lo que llegaremos a ser. El cristiano hace de Jesús su modelo a seguir, su meta es que vean reflejado a Jesús en ellos, llegando a la “estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13). Por lo cual se pregunta qué aria nuestro Señor Jesucristo en tal o cual situación y actúa consecuentemente (1 Tesalonicenses 1:6). Hace propio su estilo de vida, su forma de ver el mundo, su fe, conducta y forma de tratar con los demás, su intensidad con la que ama, su búsqueda de intimidad con nuestro Padre Celestial y su obediencia y sujeción a Él, un cristiano trata de ser un pequeño Cristo (1 Corintios 11:1).

Seguidor de Cristo:

     Y llegamos al punto más argüido de ser cristiano. Un cristiano significa ser un seguidor de Cristo Jesús Señor nuestro. (Mateo 9:9). E visto como muchos tienen la idea errónea de que al ser cristianos nos sobrevendrá la prosperidad y la abundancia y tendremos una vacuna contra toda enfermedad o desgracia y todos nuestros problemas serán resueltos por Dios gratuitamente como si Jesús fuera el genio de la lámpara maravillosa, nada más lejos de la verdad. Esto surge de la idea de que los cristianos tienen derecho a vivir una vida libre de luchas, penas y sufrimiento. Es posible que lo que acabo de decir incomode a alguno. Ciertamente, Dios quiere que seamos felices, el promete gozo, paz, prosperidad, sustento y ricas bendiciones, sin embargo Jesús nunca prometió un lecho de rosas, Él nunca dijo que la vida sería fácil y que a los que le siguen solo le pasarían cosas buenas. Jesús dice: “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo. (Juan 16:33).” Este tipo de pensamiento ubica al seguidor de Jesús como alguien mejor o superior que el propio Jesucristo. Si Jesús sufrió y padeció, no podemos pretender que sus seguidores nunca pasarán por penurias. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió (Juan 13:16)”. Jesús responsablemente le advierte a todos los que quieren seguirle que el hacerlo implica a veces pasar necesidad y es necesario dejar atrás todo aquello te impide anunciar el reino de Dios porque para seguirle es necesario ser perseverante y no mirar atrás para poder tener entrada en el reino de Dios (Lucas 9:57-62). Sé que se nos enseña que la salvación es gratuita, pero el seguir a Cristo implica pagar un precio (Mateo 16:24). Ahora, ¿si seguir a Cristo no te garantiza el librarte de penurias para qué seguir a Cristo? Ah, porque seguir a Jesús es ser alumbrado por luz de vida que quita toda oscuridad en nuestro camino (Juan 8:12). Porque al seguir a Jesús todas las cosas malas que podamos afrontar de una u otra forma terminaran siendo de beneficio para él seguidor de Jesús (Ro. 8:28-39). El promete estar con nosotros hasta el fin (Mateo 28:20) y darnos la victoria sobre toda adversidad porque Él ya venció al mundo. Hablando metafóricamente ser un seguidor de Cristo es estar dispuesto a andar por todo tipo de camino o terreno y seguir adelante no importa lo difícil, inhóspito o desolado del terreno o lo infranqueable del camino siempre con los ojos y confianza puestos en Jesús quien va delante sin perderle de vista ni un momento. Eso es ser cristiano.

Ahora bien, en mis tiempo de universitario me topé con una definición de “cristiano”, muy distinta a la ya mencionada, la cual era usada dentro del ministerio misionero estudiantil al que pertenecía y donde tuve la oportunidad de capacitarme como misionero. Ellos definían cristiano según Apocalipsis 3:20 como “Cristo viviendo en mi” lo cual es un concepto bastante interesante si analizamos las implicaciones que esto conlleva y que merece ser tomada en cuenta, sin embargo he de acotar que este concepto no deriva directamente de la palabra cristiano sino más bien una definición romántico filosófica doctrinal. Lo cierto es que Jesús no solo debe vivir en tu corazón para ser cristiano, debe estar en el trono de tu corazón como gobernante de tu vida para que este de perfecto orden a tus prioridades e intereses, porque puede pasar que esté en tu corazón, pero sea tu ego y no Cristo el que guíe tus decisiones lo cual puede ocasionar que tu vida no se encuentre muy ordenada que digamos.

Jesús es verbo en tiempo presente

En Jn. 3:16 encontramos:

     "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."

     He escuchado en varias ocasiones este texto citado de manera incorrecta pronunciando el verbo creer en tiempo pasado, pero no, realmente está en tiempo presente. Uno no es cristiano porque creyó, sino porque cree con todo lo que ello implica. Es por eso que hacer una oración en voz alta invitando a Jesús a tu corazón no lo va a hacer a usted cristiano, aunque, como ya se dijo al inicio, este puede llegar a ser el primer paso para llegar a serlo. Ser cristiano es cosa de todos los días, de todo momento, En todo momento debes creer y actuar. Existen muchas personas que un día hicieron sinceramente una oración para recibir a Jesucristo como su Señor y salvador y sin embargo hoy en día se han apartado volviendo a la práctica habitual de su antigua forma de vivir y hasta peor. El porque de esto Jesús lo explicó muy bien a través de su parábola del sembrador (Lc. 8:4-15). Para ser cristiano se debe ser fiel y perseverante en aprender, seguir e imitar a Jesús. El concepto de cristiano está ligado como discípulos a nuestra manera de pensar, como imitadores a nuestra manera de actuar y como seguidores a nuestra perseverancia en Jesús en todo tiempo.

     Ahora bien, mirarse en el espejo de Jesús no es nada fácil, porque al hacerlo queda de manifiesto lo pecadores que somos (Lucas 5:8). Una de las cosas más difíciles de ser cristiano es descubrir que no somos lo que creíamos ser y hasta podemos llegar a la negación antes de reconocerlo, pero solo así podemos dar el paso para madurar y acercarnos a ese modelo del barón perfecto que es en cristo Jesús Señor nuestro (Efesios 4: 13). Y así mismo al colocarnos en las sandalias de Jesús siendo un cristiano verdadero incomodará a los demás que no lo son. Como siervo del Señor he recibido ataques donde me han dicho que yo me creo Dios o Jesús aun de mis propios hermanos de la fe por aplicar las enseñanzas y conducta de Jesús a mi vida. Lo cierto es que lo imperfecto queda de manifiesto ante lo perfecto y así nos sentimos imperfectos e inmundo ante lo santo. La mayoría de las personas se sienten gozosas de tus éxitos siempre y cuando estos no sean mayores que los tuyos. Una vez un hermano se ofendió terriblemente porque una hermana tuvo la indiscreción de compararlo conmigo diciendo que yo era más espiritual que él. Ese hermano nunca me volvió a hablar. Esto ocurre y viene ocurriendo desde el principio, esa es la razón por la cual se les empezó a llamar a los seguidores de Jesús cristianos, pero esto no nos debe amedrentar. No debemos dejar de perseverar en la santidad y la doctrina de Jesús solo para que otros se sientan bien. Por el contrario debemos seguir porque no buscamos agradar a hombre si no a nuestro Señor Jesucristo. Es esto, y no otro lo que significa ser verdaderamente un cristiano.

Pastor Eliezer David Guevara C.

martes, 18 de diciembre de 2018

Feliz Navidad y Prospero año 2019



Hoy en día tenemos una navidad secuestrada donde se ha reemplazado la figura de Jesús para reemplazarla por la de Santa Claus y un sin fin de simbología de la supremacía estadounidense alienando completamente las hermosas tradiciones de nuestros pueblos. Pero No podemos celebrar una navidad y sacar a Jesús de ella. Sin Cristo no hay navidad, Jesús es la navidad, el da origen y esencia a la misma, la navidad trata de Él, todo su simbolismo y esencia así como los valores navideños vienen de él, de lo que él es, de lo que representa, de sus enseñanza y sus obras. Rescatemos la esencia misma de la navidad poniendo a Jesús en el lugar que le corresponde, El lugar más importante de todos, nuestros corazones.

Todos los que militamos en este hermoso ministerio de predicar el evangelio a través del arte, la fantasía, la ilusión y lo sorprendente les deseamos que sean bendecido con una muy feliz navidad y un victorioso año 2019.

domingo, 10 de junio de 2018


NOTAS DEL PASTOR

LA RELIGIÓN VERDADERA.




Existen muchísimas religiones en el mundo, tantas que hay una gran variedad de donde escoger, unas politeístas, otras monoteístas y hasta existen ateístas. Algunas de estas religiones derivan o nacen de otras ya existentes. Por lo que muchos se podrán preguntar ¿cuál es la religión verdadera? Seguro tú dirás “la religión cristiana por supuesto” o “el cristianismo”, pero si eso es lo que piensas déjame decirte que te equivocas. No hay nada más equivocado que el pensar que el cristianismo es la religión verdadera, por una sencilla razón. “El cristianismo no es una religión”.

El cristianismo no posee las mismas características o pautas del resto de las distintas creencias religiosas que puede tener la humanidad en este mundo. Para entender esto primero debemos entender mejor que es una religión

El origen de la palabra “Religión” la encontramos muy posiblemente en la palabra latina “religio”, la cual es una palabra compuesta formada con el prefijo “re” que indica intensidad, el verbo “ligare” que significa “ligar” o “amarrar”, y el sufijo “ion” que indica acción y efecto. Por lo cual el significado de religión viene siendo algo así como: la acción y efecto de ligarse fuertemente más comúnmente con una deidad o deidades. Originalmente esta palabra incluía las ideas de “veneración y respeto o temor a los dioses”. Luego con el cristianismo al pasar por la edad media tomaría más el significado de “conducta o modo de vida” y más tarde a su significado general actual de “creencia”. Una religión está constituida básicamente por un conjunto de filosofías o ideologías acerca de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales para dar culto.

Mucha gente, incluyendo a los mismos creyentes, ven al cristianismo de esta manera, es decir, como una religión, otros sin embargo afirman que el cristianismo no es una religión, pero no tienen muy claro por qué no lo es, básicamente lo dicen porque eso fue lo que le dijo su líder espiritual, otros en iguales circunstancias son capaces de decir: no lo es porque “el cristianismo es una forma de vida”, pero eso también entra dentro de la definición de religión así que no es una respuesta muy convincente.

Lo cierto es que el cristianismo no se parece en nada al budismo, o al islamismo, o al confucionismo o a cualquier otra religión. Mientras los fundadores de estas religiones dijeron: “Estas son mis enseñanzas, crean en lo que les enseño, sigan mi filosofía”. Jesús dijo: “Sígueme” (Mateo 9:9). En todo el mundo los distintos líderes religiosos dijeron: “sigan mi camino para obtener la vida, porque lo que les enseño es la verdad” Jesús dijo: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida, nadie va al Padre si no es por mi” (Juan 14:6). Los padres de tantas religiones preguntaron: “¿Qué les parece los que les enseño? Jesús dijo: “¿Y vosotros, quien decís que soy?” (Lucas 9:20). Mientras que los devotos religiosos se preguntan: ¿Qué ideología es la que profeso? Un verdadero cristiano debe preguntarse: “¿qué haré de Jesús, llamado el Cristo?” (Mateo 27:22).

El mensaje de Jesús está fundamentado en él mismo. Sus enseñanzas, parábolas, y hasta sus declaraciones, directa o indirectamente, se refieren a su propia persona y el cumplimiento de sus mandamientos no es una acción para llegar a Él sino que viene dada como consecuencia de amarlo a Él (Juan 14: 14, 21). La salvación es consecuencia de haber tenido un encuentro personal con Él y de conocerle (Mateo 7: 23). Es por eso precisamente que el juicio de Jesús es único, ya que a él no lo condenaron por algo que haya hecho o dicho, si no por quién era (Mateo 27:37). La causa por el que fue declarado digno de muerte fue ser el Hijo del Bendito. El tema de discusión en el juicio de Jesús era su identidad, es decir, quien era él (Marcos 14:61-64). Este es el punto clave del cristianismo, está basada en una identidad, no en una ideología, y requiere de una relación personal con Él. Y es por eso que la resurrección de Jesús es un punto tan argüido e importante en la fe cristiana porque con ella se cae o se consagra la fe ya que como dice el apóstol: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15: 14). Ya que como el mismo Pablo explica, seriamos los más miserables y dignos de lástima porque, en ese caso, Jesús seria un hombre cualquiera y su sacrificio en la cruz no serviría de nada, aun estaríamos en nuestros pecados separados de Dios, pero como Jesús si resucitó (la resurrección es un hecho histórico), Él si es quien dijo ser, el hijo de Dios y en Él tenemos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna (1 Corintios 15: 17-20).

Cuando Dios reveló su Palabra a Moisés y a tantos otros profetas su objetivo no era crear una religión. Y cuando Jesucristo caminó entre nosotros lo menos que pretendía era crear una nueva religión. Dios solo nos revelo verdades y principios universales que rigen tanto el mundo espiritual como nuestro propio universo y el hombre sin buscar entenderlas convirtió esas verdades en no una sino varias religiones. La religión es un invento humano, no lo creó Dios. La religión es, por un lado, la forma que encontró el hombre de darle explicación a lo que no entiende, y por el otro, es la manera de buscar llegar a Dios, de unirse a Dios a través de sus propios medios, sus esfuerzos y logros ya que por causa del pecado se encuentra separado de Él. Y esta es otra gran diferencia entre la religión y la fe cristiana. Para entender esto imaginemos una gran escalera que conecta la tierra y el cielo donde habita Dios. Una escalera tan larga que para nuestra vista sería imposible ver dónde termina. En la religión el hombre trata de subir esa escalera para llegar al trono de Dios, pero nunca logra llegar hasta el final ya que hacerlo está fuera de nuestras posibilidades (Mateo 19:25-26 cf. Efesios 2:8). En el cristianismo es Dios que sabiendo la imposibilidad del hombre para llegar hasta Él, es Él a través de su Hijo Jesús el que desciende la escalera para encontrarse con la humanidad en el peldaño más bajo y tener comunión con el ser humano (Filipenses 2: 6-11). El cristianismo no se basa en lo que el hombre puede hacer para llegar a Dios como la religión, se basa en lo que hizo Dios para llegar al hombre.

El cristianismo es algo así como un importante curso donde para aprobarlo no tienes que presentar exámenes, ni memorizar todo lo que se te enseña sino básicamente conocer al profesor, saber quién es él y desarrollar un trato personal con él. Es por eso que podemos decir con toda certeza que la fe cristiana no es una religión, es una relación. No es un sistema de doctrinas y creencias. Es una persona.

Aunque la religión se iniciara con fines puros a llegando a ser un medio para controlar a las masas. Por un lado predica amor, verdad y unión, pero es la principal creadora de hipocresía, sembradora de odio, crea divisiones, se aprovecha de los deseos sinceros de creer de las personas para manipular entre otras cosas, es por eso que el apóstol Pablo advirtió a todos los que se consideraban religiosos que debían refrenar su lengua, dedicarse a servir a otros y apartarse del mal (Santiago 1:26-27). Y Jesús al ver a los líderes religiosos nos advertía sobre ellos diciendo que debíamos hacer lo que ellos dicen, más no lo que ellos hacen (Mateo 23: 2-4).

Muchos piensan que por el hecho de ser evangélicos o católicos ya son cristianos, pero no importa si eres católico o evangélico, si no tienes una relación personal con Dios a través de Jesús, tú no eres cristiano. Solo estás practicando una religión. Pablo dijo; “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1 Corintios 10:12) por tanto debemos examinarnos a nosotros mismos si estamos en la fe; probarnos a nosotros mismos para comprobar si Jesucristo está en nosotros, o por el contrario nos encontramos reprobados (2 Corintios 13: 5) debemos preguntarnos: ¿tengo una relación personal con Cristo? ¿Soy yo verdaderamente Cristiano? Porque no es lo mismo ser evangélico que tener una relación personal con Dios, es vital que pensemos con seriedad en todas las implicaciones de aceptar a Cristo en tu vida. Tu puedes ser un buen evangélico o un buen católico, leer la Biblia, orar, ser fiel a tu iglesia, hablar a otros acerca de Dios y hasta ser líder en tu congregación pero eso solo te convierte en un religioso, un muy buen religioso. Sé que esto es difícil de aceptar, pero debemos hacerlo para poder avanzar al lugar donde de verdad necesitamos estar. Mas para ser verdaderamente un cristiano necesitas tener una relación personal con Dios. La Biblia describe el ser cristiano como una relación matrimonial donde tú adquieres un triple compromiso o entrega:

A)   Compromiso intelectual. Así como es importante conocer a la persona con la que te vas a casar, su personalidad, sus gustos e intereses de la misma manera tu relación con Dios implica un compromiso tanto de tu mente como de tu intelecto buscando cada día conocer más y más de tu amado Salvador. No debes vivir una fe ciega. Ser cristiano no significa creer cosas solo por la necesidad de creer en algo. La fe cristiana se basa en hechos documentados y registros históricos (Romanos 12: 2).

B)    Compromiso emocional. Al hablar de compromiso emocional me refiero a amar a Dios sobre todas las cosas (Mateo 22:37-38), pero es muy común confundir el amor con emocionalismo. Esto es una cosa nada buena, porque las emociones son muy fluctuantes, en un momento queremos algo y al siguiente nos aburre mientras que el amor nunca deja de ser (1 Corintios 13). El amar a Dios nos permite confiar en él, creerle y ser obedientes, aceptar su voluntad por muy descabellada que parezca, porque sabemos que el solo busca nuestro bien y Él sabe muy bien lo que hace. Cuando le amamos obedecemos sus mandamientos, guardamos su palabra, buscamos de él cada día más.

C)    Compromiso de la voluntad. Así como en el matrimonio, por más que estés comprometidos emocional e intelectualmente, no estarán casados hasta que hayas dicho el sí quiero, una expresión de compromiso mutuo. Lo mismo sucede con tu relación con Dios. Tú no llegas a ser cristiano solo porque te emocione la idea de serlo o porque estés de acuerdo con las enseñanzas de la Biblia. Llegas a ser cristiano cuando además de todo lo demás entregas tu voluntad a Dios permitiendo que Él controle y dirija tu vida reconociéndolo como la autoridad máxima de tu vida, estar dispuesto a ordenar tu estilo de vida, tu forma en que vives, piensas y actúas de acuerdo a su voluntad y vivir en obediencia a Dios en tu vida cotidiana.

La verdad es que no importará a que iglesia asista o de que religión seas, si ella es la verdadera o no. Si crees que Jesús es el hijo de Dios y Salvador del mundo, si crees que murió por tus pecados, pero nunca le has entregado el control de tu vida, sin lugar a dudas eres un buen evangélico, pero realmente no eres cristiano, no tienes una relación personal con Dios.

Pastor Eliezer David Guevara C.

lunes, 27 de noviembre de 2017

NOTAS DEL PASTOR:



AUTORIDAD SOBRE EL PODER DEL ENEMIGO

Cuando mi abuela cumplió 83 años de edad, me toco acompañarla para sacarse la cedula de identidad en un operativo de cedulación. Hoy en día mi abuela para poder desplazarse necesita andadera para caminar cortas distancias o silla de ruedas si va a recorrer una distancias mayor, pero en aquel entonces utilizaba un bastón de cuatro puntas y necesitaba andar con alguien que la acompañase por su avanzada edad. Como no tengo vehículo nos tocó ir caminando pelo a pelo hasta el operativo. Por “fortuna” era cerca, sin embargo había que atravesar una ancha avenida. De regreso ya era hora pico y la avenida se encontraba bastante transitada lo cual nos dificultaba el paso. La bendición de Dios se hizo presente por medio de un fiscal de transito que vio a mi abuela y corrió desde donde él se encontraba (bastante retirado) a donde estábamos nosotros y paro el trafico para que pudiéramos atravesar sin peligro. Yo pude ver como carros, camionetas y hasta camiones se detenían a la señal de alto de ese fiscal. Saben, si ese hombre hubiera hecho lo mismo vestido con ropas comunes hubiera podido ser atropellarlo por esos mismos vehículos e inclusive si hubiera tratado de parar tan solo uno de esos carros en sus propias fuerzas el resultado hubiera sido fatal. Sin embargo el cargaba el uniforme que lo envestía de una autoridad, una autoridad delegada por el poder depositado en el Ministerio de Tránsito Terrestre, y ante esa autoridad, que reconocían los conductores, los vehículos se detenían a la señal de alto. Otro ejemplo de ello son las distintas leyes que conforman el marco jurídico de nuestro país, ellas carecerían de todo valor y legalidad si las mismas no estuvieran apoyadas e inspiradas en un poder mayor como lo es nuestra constitución nacional o “Carta Magna” que establece nuestro poder y soberanía como un Estado Soberano. En los evangelios la Biblia nos relata la historia del oficial romano que vino a pedir a Jesús sanara a su amado siervo, pero por ser hombre pecador se sintió avergonzado de que Jesús, el Hijo de Dios, pisara el piso de su morada, por lo que le dijo: “Yo soy hombre puesto en autoridad y si le digo a uno de mis soldados ve el ira y si le digo ven el vendrá así que di la palabra y mi siervo será sano.” Jesús alabo la fe de él y su siervo fue sano desde esa hora. Éste oficial romano conocía muy bien de autoridad, el había sido embestido de esa autoridad por el poder del imperio romano por lo cual todos los que estaban sujetos a él debían obedecer (Mateo. 8:5-10, 13).

Toda autoridad tiene su origen en un poder mucho mayor.

El Enemigo

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8

Nosotros poseemos un enemigo muy poderoso. Tan poderoso que nosotros en nuestras propias fuerzas es imposible vencerle, el simplemente nos arrollaría. Es ladrón que solo viene para “matar, hurtar y destruir”. Él se mueve en la oscuridad o disfrazado como “ángel de luz”, es el “padre de la mentira”. Ese enemigo es el diablo. El desea que persigamos los deseos de la carne en lugar de que busquemos de Dios. Él no quiere que en nosotros brille la luz de Cristo. El busca robar la palabra Santa de nuestros corazones. El busca nuestra destrucción como parte de su plan para dañar y derrotar a Dios.

La autoridad del creyente

He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Lucas. 10: 19

Aquí se utilizan dos palabras en griego una es potestad que se traduce de “exousía” que denota una “autoridad delegada”, y la otra es fuerza que se traduce de “dúnamis” implica un “gran poder”. A través de este versículo el Señor Jesús nos está diciendo: “He aquí, os doy autoridad sobre el poder del enemigo”.

Ahora bien, al igual que en el caso del fiscal de transito; o del centurión romano; o de nuestro marco jurídico, Nuestra autoridad como cristianos está cimentada sobre un gran poder, el mayor PODER sobre el universo. Nosotros como hijos de Dios hemos sido envestidos con una autoridad que tiene su origen en el poder mismo de Dios manifestada a través de la victoria contundente de Jesús a través de su muerte obtenida sobre el diablo y sus demonios en la cruz del calvario, posterior resurrección y ascensión a los Cielos, estando hoy sentado en su trono a la diestra de Dios Padre. Por esta Razón a Jesús se le dio un nombre que es sobre todo nombre y todo le está sujeto. Incluso Satanás y sus guerreros de oscuridad deben sujetarse. Efesios 1: 19-23 trata de describir este poder a través de cuatro palabras en el texto griego: “dúnamis”, que ya la habíamos mencionado antes y de la cual deriva la palabra “dinamita”. “Energios” de la que deriva la palabra “energía”, esta implica la manifestación activa, actuante u operante del poder. “Kratous” la cual significa un ejercicio pleno o “ejercitar la fuerza”. Y “Esquai” que significa la suma de un gran poder.

Nosotros, pecadores todos, sinceramente arrepentidos y que hemos recibido a Jesús como nuestro Señor abriéndole de esta manera las puertas de nuestro corazón a Él y entregándole las riendas de nuestra vida, se nos ha envestido de esa autoridad en su nombre. Y ante esa autoridad aun el Diablo con todo su poderío debe parar y retroceder. Pero para ejercer esa autoridad debemos vivir y actuar como verdaderos cristianos, vestirnos de la justicia y el amor de Dios y de toda su armadura Espiritual conociendo bien el origen de nuestra autoridad. El Diablo no quiere que tú lo sepas, por eso trata de mantenernos en la ignorancia, confundirnos o trata de apabullarnos avergonzándonos, porque sabe que si tú la conoces y ejerces esta autoridad no podrá nada contra ti. .

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Santiago 4: 7


Pastor Eliezer David Guevara C.